martes, 12 de mayo de 2009

"Las Confesiones de San Agustín": El problema del mal.

(Botticelli, 1448)


"Y cuando me pregunté qué era el mal, vi que no era una sustancia, sino la perversión de la voluntad cuando se aparta de ti, ¡Oh Dios!, que eres la sustancia suprema, y se desvía hacia las cosas de su interior e hinchándose con presunción". VII, 16.




La Eneida. "Dido"


I, 712. “La desgraciada Fenicia sobre todo, entregada en cuerpo y alma a lo que va a ser su ruina, no puede saciar su espíritu y se inflama al contemplarle [...]”.